Aunque sigue existiendo la diatriba entre los que miran corto y los que miran largo, el mundo se va haciendo cada vez más ligero, más descartable, más "quemimporta".
Por un lado están los que condenan los intereses del planeta a favor de sus intereses inmediatos, y por el otro, los que sin apuro y muchas veces sin saberlo, se sacrifican por las eternas causas de preservación de la calidad de vida, tan frágil, tan amenazada. 
 En la historia de la humanidad siempre han existido, por un lado, los que rompen botellas en las playas; y por el otro, los que levantan esos vidrios rotos para que nadie se corte. Pero, la nueva cultura del consumismo ha creado una íntima relación con lo cambiante, lo fragmentario, la levedad, la aventura. Entonces cada vez son más aquellos desaprensivos que intentan desmovilizar la voluntad ética de la humanidad. Ya hay una nueva muestra: mientras el clima del planeta está enloquecido (los huracanes, las inundaciones y sequías son cada vez más fuertes con olas de calor más largas) aparecen, en un lado, los defensores del ecosistema y, en el otro, los que defienden la urgencia de su propio bolsillo. Los unos. Recientemente el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), conformado por más de 500 científicos de 130 países, presentó un informe según el cual, los seres humanos somos responsables del 90 % del calentamiento global. Indica que los mares en 40 años han subido 20 cmts., como consecuencia del deshielo polar. Pronostican que la temperatura de la tierra subirá en 1.8º a 6º en algunos años. Los otros. No piensan igual y respondieron inmediatamente con todo su poder. 
La fundación empresaria de la EXXON, la petrolera más grande del mundo, ofrece paquetes de 10 mil dólares a científicos e intelectuales de todo el mundo para que cuestionen, desmientan y refuten las conclusiones del informe de los científicos de IPCC. Recordemos que EXXON ya ha sido denunciada de presionar a la Casa Blanca para que EE.UU. (país que consume el 25 % del petróleo del mundo) no ratifique el Protocolo de Kyoto, que levantó un alerta lapidario sobre el desastre ambiental. La utilidad neta del año 2006 de EXXON fue de 377,640 millones de dólares y cuenta en su historial con infinidad de prácticas corruptas en todos los países donde actúa. Los dólares de las petroleras son más valiosos que la suerte del planeta, seguramente porque esa cantidad de ganancia es superior a la suma de todo el PBI de varios países pobres. Los unos dicen: se nos muere el planeta, devastamos los bosques, envenenamos nuestros ríos y el mar con basura, estamos esquilmando los recursos básicos, la biosfera ya no soporta tanta contaminación, desaparecen especies vivas, aparecen enfermedades nuevas, se desmadran los polos, saturamos las tierras con químicos. En definitiva, el afán de consumir y acumular nos pone ante la negra realidad de que el empuje de la vida hoy ya no puede contra la pulsión de muerte. Nuestras defensas ya no alcanzan. Asistimos a nuestra lenta muerte de distintas caras y sacrificamos la especie a favor del individuo. 

Juan Disante
Florida
Argentina