No creo paisano
que nuestro país
siga siendo como
usted lo vio.
La flor salvaje se
marchitó,
el trovador
paisajista agoniza
víctima del avioncito
fumigador,
se destapan las ollas,
se caen las vendas,
la tradición
demuestra ser cruel,
el cultivo arrasa al
bosque
con la excusa del
biodiesel
para el motor.
Y mientras
el agua para mate
(de yerba transgénica)
se calienta
(en pava eléctrica),
los pesticidas roban
las mariposas,
el feed lot maquilla
su crueldad con anuncios
de neón,
al sobrante de comida
se le contrapone el hambre
y se embarra la
discusión.
¡No son ombúes, son
edificios!
No esta contenta
la gallina que va al
matadero,
no es luz mala, no es
maleficio,
es masividad, es consumismo,
es exceso de
monederos
e individualismo.