Andando
tuve la suerte de estar en Córdoba en la presentación de un libro de mi amigo/hermano Luis Vilchez, en un evento organizado por la fundación Takian Cay, y solo se me viene a la mente este texto
Quizás seamos una voz
chiquitita
en un mundo de estruendos
de neón.
Pero mientras tengamos
silencio
para convidar,
mientras nos miremos a los
ojos,
mientras la vida nos
abrume,
mientras los muertos
nos conmuevan,
mientras los perros
ladren,
nuestra voz se escuchará.
Sus conciencias sentirán
nuestra presencia,
seremos un humilde eco,
que quizás venga de algún
afuera,
que es pequeño pero
constante,
pero que con artesanal
paciencia
convertirá el afuera en
adentro,
y el rio seguirá
su cauce,
y el tiempo seguirá
su paso,
y vendrán más primaveras
y el adentro
que antes era afuera,
crecerá hasta que
perdamos
la noción de sus límites.
Es que todos los mares
serán desiertos algún
día,
porque todos los desiertos
serán mares algún día.
Pero nosotros seguiremos
recitándonos, mirándonos
a los ojos,
festejando nuestra
existencia.
Brindando por la
esperanza.
A brindar por que se a
echo poco.
A brindar por lo que aún
nos queda por hacer.
A brindar.
Eduardo Heilbron
Victor Hugo Valledor