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domingo, 11 de junio de 2017

El Gorila. adaptacion de "El Cuervo" de Edgar Alan Poe

Desde el martes en la feria del libro de jujuy, en el stand de letras en red, en mi bestiario

EL GORILA
 (Adaptación del poema “El Cuervo” de Edgar Allan Poe)

 Otra noche más se anunciaba triste y fría,
 recordaba historias de la historia que existía
tiempo atrás, me encontraba adormecido, cuando tenue
un sonido alcanzó el tímpano de mi oído, llegó de detrás de un rosal que reina en mi jardín.
Balbucee, es el viento que golpea el rosal, solo es eso y nada mas.
 
¡Ah, repaso los desvíos! Los meses grisas y fríos,
cada lágrima inundaba más el dolor mas visceral,
yo escapaba hacia la lectura, sin poder evitar
la profunda presencia que tortura y desaparece caras,
ordenes raras que quizás ya no conviene evocar,
la damisela “Dictadura”, que solo se debe recordar, y, ¡nunca mas!
 
El horror de cada traje de sanguíneo linaje,
el terror siempre omitido que a mi alma aún hacia y hace vibrar,
sensación desgastante, que se repite a cada instante, pensé que debía ser un alma errante,
que en la noche a de reptar, algún tardío visitante
que en las sombras se pudo al fin refugiar, es solo eso y nada mas

Ahora mi alma esta mas tranquila,
ya no teme, y se obnubila, y “señor” digo, “señora, que reptais en libertad,
¡OH alma despojada hasta del concepto de la propiedad!”
Por que aún estaba adormecido y el ruido
duró solo un suspiro, y aún dudaba haber odio algo tras el rosal.
Empuñando estas palabras, me asome tras el rosal,
vi la noche, y nada mas.
 
Quede inmóvil, destripando mis miedos
y soñando locos sueños,
no soñados nunca por ningún otro mortal,
solo la idea de Dictadura me atrevo a recordar,
y la Dictadura hasta el eco debe recordar. Solo esto, y nada mas.
 
Seguí mi vida displicente, y abrazando mi alma cada vez mas indiferente,
y un nuevo ajetreo se escucho tras el rosal,
¡quien osa, desde los oscuro, romper el silencio que frágil murmuro!,
dije “calculando, conjeturo, que el misterio va a claudicar”
“corazón detente un momento, que el misterio va a claudicar”. “Es el viento y nada mas”.

Me volví a asomar y escuche bruscos balbuceos,
vi un gorila tenebroso, del pasado
 inmemorial,
con un gesto irreverente, y sin susto,
se paró en mi frente, se paro alienadamente,
con postura señorial,
en su cara solo veía malas y su postura señorial,
asentase y nada mas.
 
Trocó el gorila en melancolía mi encriptada fantasía,
con su aspecto de severa y aumentada maldad,
“ser sin ser” dije, “profano lo que te compete, raso y llano,
¡No desaparecen mis hermanos!, así que dime, ¿cual en plutónicas riberas es tu nombre?”,
“dime cual.”
 Dijo el animal, “nunca mas.”
 
No imaginaba que tal ente fuera a hablar tan claramente,
y por mala, su expresión no dejábame de asombrar,
ya que ningún mortal (o ninguno pudo contarlo)
tuvo el disgusto de ver frente a el
a tal osamenta infernal,
a tremenda bestia, bruscamente encarnada en tal osamenta infernal.

Con tal nombre, nunca mas.
Frente a mi, fijo, nada mas el gorila dijo esa frase,
sepultando toda su alma en ganas de decapitar,
viendo que no movía ni un pelo,
todavía me atreví a susurrar, “llegará el día y el también se alejará”
“como todos mis amores, el simplemente desaparecerá”.
Dijo el gorila “¡nunca mas!”
 
Sorprendiéndome una respuesta tan precisa
como esa, me resigné, “su repertorio nada más será esa frase,
 invadida por algún amo a quien la vida encerró cruelmente en su guarida”.
Con su esquelético refrán, sus muertas ilusiones,
 muertas en el tetánico refrán de “ya nunca, nunca mas”
  
Y aún sonreía con su firme hipocresía,
 frente mío, tan vetusto, q mi curiosidad hacia brotar,
y entrégueme a la misión de pensar que distinción podía hacer un ser sin emoción,
un gorila infernal, 
un flaco, viejo, tosco, siniestro gorila infernal, con la frase
 Nunca mas.
 
Y alborotaba mi sosiego su mirada como fuego,
que profundo en mi pecho parecía lastimar,
Fui pensando, agitado en el único descampado de luz plateada bañado,
donde siempre va a quedar (sobre la memoria) donde,
siempre va a quedar, el “¡nunca nunca
 mas!”

Y se estrelló en mi frente crédula y reincidente,
proyectos amnésicos, que decían traer dulce paz,
“¡miserable!” dije, ‘el cielo se ha olvidado de tus vuelos,
y te envía al fin un consuelo que solo el olvido te puede dar”
Llueve, llueve la niebla,
en el olvido puede pasar.
Dijo el mono “nunca mas”
 

“Emisario del averno, monstruo o ente del infierno”
 “¡Oh! Profeta”, dije ”,enviado por Luzbel, a este lugar en donde el horror
siniestro mora, ¡vete! ¡ Oh animal que no llora!”
¡Por la pálida Dictadura , si hay almas aún en la Esma,
no hay alivio a mis penas ¿hay almas ahí en la Esma?
Dijo el gorila, “nunca mas”
 
"Emisario del averno, monstruo o ente del infierno,
 por dios”, dije, “al cielo que admiras como mortal, pregunta si mi alma, tambaleante,
en algún Edén muy distante, podré un día saturante el hosco episodio
olvidar.
Si a Dictadura en los cielos algún día la podré olvidar.
Dijo el mono, “nunca mas”
 
Y aun inmóvil y callado sigue el gorila ahí parado,
sobre el pasto de mi patio ornamentado con un rosal.
Torturante me vigila, muestra al diablo en su pupila,
y su sombra desfila por el suelo fantasmal,
Ya nunca el alma mía podrá alzarse de esa sombra fantasmal
Nunca mas.