Lo invito señor, lo invito
señora
a defender la vida,
a dejar bien en claro que vale
mas que cualquier patente.
La gran batalla empieza ahora,
y es una partida que por más que
quiera, usted no quedará
indiferente
por que las consecuencias de la
derrota
o la victoria, la pagamos entre
todos.
Con nuestra terca alegría de
bandera
las formas diabólicas de la
usura y el
ventajismo sucumbirán
insoslayablemente
si nos mantenemos unidos y en
lucha.
Pero no voy a excederme en
optimismo,
el enemigo es fuerte, no conoce
de limites
su respaldo es de maldad total,
sus semillas engendran una bestia
infernal,
la que solo imaginamos en
nuestras pesadillas,
la que asusta hasta la vida
misma
y trae muerte y destrucción
mas el que no se rinde es a la
larga
invencible, así que tome mi mano
empuñe mis versos y una
sonrisa, y a vencer
Eduardo Heilbron