Y
vuelvo,
a
donde acudo a curarme
cuando
la rutina se vuelve hastio,
y
las palabras me rebalsan
y
parchan los agujeros
que
crean mis noches solitarias.
Mis
pasados, turbulencias en calma,
apariencias
y ocultismo,
la
hoja en blanco lo recibe todo
sin
juzgar la procedencia
de
estas palabras temerarias.
Que
mueren en el papel,
emparchando
mis heridas
sin
mayores pretenciones
que
evocar musas, guerras
desmontes
y desgracias culinarias.
Y
me dispongo a seguir,
me
dispongo a entregar estos parches
en
forma de versos humildes
y
poco trabajados que nunca
formaran
parte de poesias legendarias.