EL
GORILA
(Adaptación del poema “El Cuervo” de Edgar
Allan Poe)
Otra
noche más se anunciaba triste y fría,
recordaba historias
de la historia que existía
tiempo
atrás, me encontraba adormecido, cuando tenue
un sonido alcanzó
el tímpano de mi oído, llegó de detrás de un rosal que reina en
mi jardín.
Balbucee, es el viento que golpea el rosal, solo
es eso y nada mas.
¡Ah, repaso los desvíos! Los meses
grisas y fríos,
cada lágrima inundaba más el dolor mas
visceral,
yo escapaba hacia la lectura, sin poder evitar
la
profunda presencia que tortura y desaparece caras,
ordenes raras
que quizás ya no conviene evocar,
la damisela “Dictadura”,
que solo se debe recordar, y, ¡nunca mas!
El horror de
cada traje de sanguíneo linaje,
el terror siempre omitido que a
mi alma aún hacia y hace vibrar,
sensación desgastante, que se
repite a cada instante, pensé que debía ser un alma errante,
que
en la noche a de reptar, algún tardío visitante
que en las
sombras se pudo al fin refugiar, es solo eso y nada mas
Ahora mi alma esta mas tranquila,
ya no teme, y se obnubila,
y “señor” digo, “señora, que reptais en libertad,
¡OH
alma despojada hasta del concepto de la propiedad!”
Por que aún
estaba adormecido y el ruido
duró solo un suspiro, y aún dudaba
haber odio algo tras el rosal.
Empuñando estas palabras, me asome
tras el rosal,
vi la noche, y nada mas.
Quede
inmóvil, destripando mis miedos
y soñando locos sueños,
no
soñados nunca por ningún otro mortal,
solo la idea de Dictadura
me atrevo a recordar,
y la Dictadura hasta el eco debe recordar.
Solo esto, y nada mas.
Seguí mi vida displicente, y
abrazando mi alma cada vez mas indiferente,
y un nuevo ajetreo se
escucho tras el rosal,
¡quien osa, desde los oscuro, romper el
silencio que frágil murmuro!,
dije “calculando,
conjeturo, que el misterio va a claudicar”
“corazón detente
un momento, que el misterio va a claudicar”. “Es el viento y nada
mas”.
Me volví a asomar y escuche bruscos balbuceos,
vi un gorila tenebroso, del pasado
inmemorial,
con un
gesto irreverente, y sin susto,
se paró en mi frente, se paro
alienadamente,
con postura señorial,
en su cara solo veía
malas y su postura señorial,
asentase y nada mas.
Trocó el gorila en melancolía mi encriptada fantasía,
con
su aspecto de severa y aumentada maldad,
“ser sin ser” dije,
“profano lo que te compete, raso y llano,
¡No desaparecen mis
hermanos!, así que dime, ¿cual en plutónicas riberas es tu
nombre?”,
“dime cual.”
Dijo el animal, “nunca
mas.”
No
imaginaba que tal ente fuera a hablar tan claramente,
y por mala,
su expresión no dejábame de asombrar,
ya que ningún mortal (o
ninguno pudo contarlo)
tuvo el disgusto de ver frente a el
a
tal osamenta infernal,
a tremenda bestia, bruscamente encarnada en
tal osamenta infernal.
Con tal nombre, nunca mas.
Frente a mi, fijo, nada mas el gorila dijo esa frase,
sepultando
toda su alma en ganas de decapitar,
viendo que no movía ni un
pelo,
todavía me atreví a susurrar, “llegará el día y el
también se alejará”
“como todos mis amores, el simplemente
desaparecerá”.
Dijo el gorila “¡nunca mas!”
Sorprendiéndome una respuesta tan precisa
como esa, me
resigné, “su repertorio nada más será esa frase,
invadida
por algún amo a quien la vida encerró cruelmente en su
guarida”.
Con su esquelético refrán, sus muertas
ilusiones,
muertas en el tetánico refrán de “ya nunca,
nunca mas”
Y aún sonreía con su firme
hipocresía,
frente mío, tan vetusto, q mi curiosidad
hacia brotar,
y entrégueme a la misión de pensar que distinción
podía hacer un ser sin emoción,
un gorila infernal,
un flaco, viejo, tosco, siniestro gorila infernal, con la frase
Nunca mas.
Y
alborotaba mi sosiego su mirada como fuego,
que profundo en mi
pecho parecía lastimar,
Fui pensando, agitado en el único
descampado de luz plateada bañado,
donde siempre va a quedar
(sobre la memoria) donde,
siempre va a quedar, el “¡nunca
nunca
mas!”
Y se estrelló en mi frente crédula y
reincidente,
proyectos amnésicos, que decían traer dulce
paz,
“¡miserable!” dije, ‘el cielo se ha olvidado de tus
vuelos,
y te envía al fin un consuelo que solo el olvido te puede
dar”
Llueve, llueve la niebla,
en el olvido puede pasar.
Dijo
el mono “nunca mas”
“Emisario del averno, monstruo o
ente del infierno”
“¡Oh! Profeta”, dije ”,enviado por
Luzbel, a este lugar en donde el horror
siniestro mora, ¡vete! ¡
Oh animal que no llora!”
¡Por la pálida Dictadura , si hay
almas aún en la Esma,
no hay alivio a mis penas ¿hay almas ahí
en la Esma?
Dijo el gorila, “nunca mas”
"Emisario
del averno, monstruo o ente del infierno,
por dios”, dije, “al
cielo que admiras como mortal, pregunta si mi alma, tambaleante,
en
algún Edén muy distante, podré un día saturante el hosco
episodio
olvidar.
Si a Dictadura en los cielos algún día la
podré olvidar.
Dijo el mono, “nunca mas”
Y aun inmóvil
y callado sigue el gorila ahí parado,
sobre el pasto de mi patio
ornamentado con un rosal.
Torturante me vigila, muestra al diablo
en su pupila,
y su sombra desfila por el suelo fantasmal,
Ya
nunca el alma mía podrá alzarse de esa sombra fantasmal
Nunca
mas.