Es imposible
que un pájaro que
aprendió
a volar
entre en una jaula
voluntariamente.
Cuando al fin se cae
la venda,
los ojos ven,
irremediablemente.
El sol que amanece
no puede sino
volverse mañana.
Los suspiros que
salen del cuerpo
nunca volverán
ni queriendo, ni que
los salgamos
a buscar.
Cuando al fin la
verdad se insinúa,
las almas despiertan,
irreversiblemente.
Eduardo Heilbron
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