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jueves, 22 de septiembre de 2011

Amaneciendo

En esta cruel noche de otoño,
me veo en un espejo, y descubro,
perplejo,
que vivo, igual que antes.
Siento frío, busco abrigo y para mi sorpresa,
descubro la certeza,
de que en tus brazos sentiré calor.
Mi perra festeja mi llegada,
la brisa, liberada, revolotea
entre la ropa que cuelga en la soga.
De repente,
lo simple, lo cotidiano,
lo al alcance de la mano,
se lleno de luz, de color,
de vida.
Mientras estoy fundido en la oscuridad
de esta última noche, esperando al primer amanecer,
ese que me deje volver a ver,
ese que me haga volver a creer,
ese que se que esta llegando.

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