Aquí me ves, tratando
de entender
tu circo tragicómico.
Tratando de no
convertirme
en un objeto.
En un objeto de tu
usura.
En una mercancia,
que no siente,
que puedes
mal-tratar.
Que tu maltaro
no se oculte en la
corrupción.
Que mis gritos no se
acallen
con tus billetes.
Que no me trates.
Que no me maltrates.
Que no te
acostumbres.
Que no me acostumbre
a vivir con tu
falocéntrico
grillete.
Que no me envuelvas
con tus trabas
sistemáticas,
subliminales,
burocráticas.
Que no me meltrates,
que no me trates,
que mi dolor se
escuche,
se vea,
se juzge.
Aunque lo callen,
gritaremos
más alto y más
fuerte.
Aunque lo oculten,
nos mostraremos
más juntos y más
animados.
Aunque lo absuelvan,
gritaremos mil veces
mas que no me trates.
Eduardo Heilbron
(justicia por Marita Verón)
No hay comentarios:
Publicar un comentario