Me pregunto donde van,
El pobre corre a refugiarse,
el padre protegue al hijo,
el gris se apodera de los
rostros
obligados a pelearle a la
intemperie el pan.
Los enamorados no dejan de
abrazarce.
Y el rio crecido sigue su
paso,
mas apurado quizas, al mar.
La pendiente de la tierra
encausa su correr,
y mis lagrimas, y mi soledad
se vuelven insignificantes,
y el campo abierto y llano se
inunda,
y la historia se repite, el
rio avanza, y vuelve a su cauce,
no ha vivido quien lo impida.
Somos huespedes, no dueños,
ya lo vamos a entender.
Es triste pensar que la lluvia
que moja mi ventana,
será inundación para algún
mañana (quizas esta noche),
cuando las sirenas suenen,
porque va a pasar,
lamentablemente la lluvia
llegará a su lugar
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