Vértigo
Un café sin leche,
un par de malas
noticias en la tele
y a la calle, a ganar
la limosna de fin de mes.
A adentrarnos en ese
infierno diario de correr,
de llegar tarde, de
viajar mal, de que no nos importe,
ni el de al lado, ni
el de enfrente,
ni a veces nosotros
mismos.
Al vértigo de las
terminales,
donde nadie llega,
todos bajan apurados
a seguir su viaje
hacia la nada.
Al vértigo de los
cortes de calle
por reclamos que no nos
incumben
y por lo tanto no son
importantes
Al vértigo de los
accidentes
la imprudencia, el
individualismo
colectivo detrás del
volante.
Un jefe sin
escrúpulos,
un par de tareas
desmotivantes
y a la calle, a
ganarle tiempo al día
A escapar del
infierno de dentro nuestro
de volver tarde, de
dormir mal, de que no nos importe.
Ni como vivimos, ni
como dormimos,
ni a veces como
morimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario