Andando
Quizás seamos una voz
chiquitita
en un mundo de
estruendos de neón.
Pero mientras
tengamos silencio
para convidar,
mientras nos miremos
a los
ojos,
mientras la vida nos
abrume,
mientras los muertos
nos conmuevan,
mientras los perros
ladren,
nuestra voz se
escuchará.
Sus conciencias sentirán
nuestra presencia,
seremos un humilde
eco,
que quizás venga de
algún afuera,
que es pequeño pero
constante,
pero que con
artesanal paciencia
convertirá el afuera
en adentro,
y el rio seguirá
su cauce,
y el tiempo seguirá
su paso,
y vendrán más
primaveras
y el adentro
que antes era afuera,
crecerá hasta que
perdamos
la noción de sus límites.
Es que todos los
mares
serán desiertos algún
día,
porque todos los desiertos
serán mares algún día.
Pero nosotros
seguiremos
recitándonos, mirándonos
a los ojos,
festejando nuestra
existencia.
Brindando por la
esperanza.
A brindar por que se ha hecho poco.
A brindar por lo que
aún nos queda por hacer.
A brindar
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