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domingo, 3 de marzo de 2013

Poema a mosanto



Verte en las rutas casi invadiendo asfalto.
Surgido de las tinieblas naranjas del napalm arrasador de otras inocencias.
Animal remoto ahora en nuestros suelos, devorando los ciclos de nuestra madre tan fértil.
Infinitos daños colaterales que alcanzan aun a los seres más diminutos.

Todo es indiferente a tu codicia universal.
Los niños que no nacieron por tu mano insensible, sus almas… ¿te preguntarán por qué?
Dragón que escupe miseria sobre toda simiente, sin piedad para nadie, ni los ojos infantes, ni las abejas de nuestra miel, nada detiene tu destrucción.

Ese aliento mortal, aéreo o terrestre, mutila los órdenes naturales, desertifica el humus, urbaniza pájaros que escapan para sobrevivir.
Tus garras pintadas de sangre prometen suaves caricias inexistentes.
¡Cuánta ganancia sembrar la semilla de la muerte!
Te maldigo en nombre de los hijos de hoy y mañana, nunca tendrás mi alma.



Gaspar Ródenas . 
Saint Louis, Missouri

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