Ahora resulta extraño
que un pibe golpee a
otro,
no es un principio
muy distinto al de los golpes
rutinarios a nuestra dignidad.
Quizás leyó el diario.
Quizás escuchó en la
radio
violencia disfrazada
brutalmente
de canción.
Quizás el hambre nubla
su vista.
Quizás el frío
congela sus ideas,
tal vez no piensa por
que esta apurado,
y corre, para
permanecer en el mismo
lugar.
Y nos sorprenden los
muertos
en nuestro tráfico,
no es un concepto
diferente al del niño
que corre con el
miedo de haber necesitado lastimar a alguien.
Quizás fue fugaz la
sobremesa.
Quizás la noche no lo
durmió
y las voces
paranoicas de metal
solo recitan la solución
violenta
Quizás el casco opaca
vanidades.
Quizás siempre, pero
siempre lleguemos tarde.
Quizás nuestro
inconciente crea que la muerte es para los otros,
Pero con pensarlo un
instante nos damos cuenta de que eso es un error
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