"Un escritor no debe escribir para comer, pero si comer para escribir" (C. Marx)
La palabra es mía,
la palabra es tuya.
La palabra es de todos.
Es más que tres silabas
graves,
mucho más que un tecnicismo
de la comunicación,
la palabra puede
encerrar ira, amor, emoción,
pero no se puede
encerrar a la palabra,
dormirá en tu mente un
tiempo, y después buscará miles de formas
de reventar tu cabeza
para escapar.
La palabra impresa en un
papel no es de quién la escribe,
la palabra impresa en un
papel no es de quien la imprime.
La palabra impresa en un
papel es de todos.
Quizás sean armas que
empuñamos algunos,
quizás sean sueños verbales en tiempos iletrados,
pero no nos engañemos,
la palabra está en todos lados.
Porque cuando uno lee
algo en un papel
ese algo crece en
nuestras ideas,
invade otros terrenos trasformándose,
se engendra en otras formas, liberándose.
Pensándolo bien, la palabra no es mía,
La palabra no es tuya.
La palabra si es de todos,
es la libreta ayuda memoria de la
memoria,
es el remanente de conciencia del más
inconciente.
Hace único al cualquiera,
igual al diferente,
Por que si un señor te dice buen día,
ese buen día pasa a ser tuyo.
Moldéalo, transfórmalo, pero es tu
deber
liberarlo, y solo así, dejarlo ser.
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