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jueves, 20 de septiembre de 2012

Renacer


La semilla espera pacientemente
bajo la tierra la llegada del calor.
El invierno se agotó y se volvió
primavera.
Despertaron las ilusiones
que la semilla tenia guardada.

Florecerá otra vez hacia la primavera el
nuevo sol,
la huida del frío es inminente,
los sueños partirán de nuevo al suelo,
el verde inundará y llenará los
ojos,
otra vez el perfume secuestrará el
aire vacío,
de nuevo seremos más susceptibles
a cualquier anzuelo.
  
Un pimpollo ya asomó su frente,
la primavera ya es más que promesas y tierra,
la vida hace implosión e impresiona a un
incauto transeúnte,
la vida que llena, vive y emociona a quien
se arriesga a vivir,
y el pimpollo se establece frente al
viento al cual se aferra,
el agua cristalina va en caudaloso torrente,
las flores gritan su presencia,
las aves posan en las sombras sus alas
cansadas de tanto volar,
todos esperamos impacientes y fervientes la
vuelta de las mariposas,
la vida muestra con su puntual
retorno la perfección de su experiencia.
  
Los pétalos y el sol naciente,
el profundo canto de los corazones,
el calor que nos llena y envenena
volviendo a despertarnos.
La cotidianeidad que adquieren las suaves
lluvias de la primavera,
los colores que nos presentan las
nubes y matan a nuestras razones.
  
Nuestro mundo otra vez es diferente
aunque no la veamos, la alegría esta en flor,
por que necesitamos renacer para ver que
vuelve la vida de estación,
darnos cuenta de que se puede volver
sin mirar hacia atrás,
que debemos notar que las flores
 ya están, otra vez, mirando al sol.


Eduardo Heilbron

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