Con insistencia describo tu ser, y te saludo mujer; solo soy un típico
testarudo en sencilla y valiente confesión de derrota.
Neo-liberada, en flor vives en un frenesí sin ropa y yo en mi sexo pesado
como un carro de acero y humilde (si para ti soy solo un sombrero. Brindo por
tu adiestrada libertad, tu selectiva soltura, tu descarnada entrega y tu
instintiva natura. Fracaso al interpretar tu complicado abecedario, tu fluctuar
de humores y caderas tan a diario.
Mas, no con gesto humilde, si instintivo, si insinuante, tu pecho se
deforma ante los ojos del caminante, se ajusta a tu carne manufacturada
belleza, que se acrecienta con artes que ocultan la pobreza de juventud. Alta y
sin estreñimientos (las espinas de las rosas, las rosas y sus sufrimientos)
Esclavo de tus primaveras, moriré, en penitencia.
En versos te hago mi reverencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario