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domingo, 15 de febrero de 2015

Poema a la musa ausente 4


Tuyas siguen siendo mis horas,

mis vaivenes, mis triunfos,

mis logros, todas mis demoras

y sobre todo, toda mi soledad.

Mis miedos, que solían asustarme

y que ya no me sirven mas,

y que destierro al olvido,

lentamente.

Y es que ya no estoy solo,

me acompaña la brisa,

la luz del sol,

y toda mi libertad,

que a veces suele marearme

y herirme fatalmente,

dispersando mi energía en

esperarte, cuando lo que debo saber que voy

a encontrarte aunque ande sin buscarte.



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