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sábado, 24 de marzo de 2012

Los fusiles de la esperanza



Esas palabras que a veces enarbolo,
a veces,
y que tanto les duele a los
que perdieron su inocencia,
a los que  robaron y negociaron sin decencia.

Esos lápices que nunca se olvidan,
nunca,
y que hoy escriben nuevamente
para recordarnos que debemos recordarlos
sostenerlos y dejarnos sostener  eternamente.

Los fusiles que fusilan más que el plomo
más.
Que el terror no pudo matar
y que molestan a cualquier régimen
que no sepa simplemente escuchar.

Las balas que tengo retumban en sus oídos sordos.
Las balas que traigo molestan en el ojo del gran hermano.
Las balas que tengo no son nada en soledad.
Las balas que traigo son inmortales en un grupo.

Por eso generan temor,
por que encendieron un fuego que
no se apagará (nosotros mediante), nunca mas.
nunca mas.

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