Debe
haber algo que me despabile,
que
me haga volver a creer,
que
me haga olvidar, al menos por un rato
las
absurdas atrocidades motivadas por el poder.
Algo
que me libere de pensar
en
la masacre palestina, en los perros callejeros,
en
los mataderos, en mi soledad,
que
me haga sentir por un momento, al menos
los
labios de mi amada, la libertad
el
abrigo, la billetera gorda,
el
alma liviana, las culpas ausentes,
algo
que libere al poeta que solía llevar dentro
cuando
un par de ojos claros
me
hacian olvidar la corrupción,
los
pesticidas, el ataúd de polución,
ese
en el que nos acomodamos diariamente,
y
nos lleva a un final que ya es obvio,
pero
al cual seguimos indiferente.
Escudriño,
busco algo
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